Como únicos elementos de contacto entre la carretera y tu vehículo, los neumáticos son fundamentales en tu seguridad vial. Por eso, es sumamente aconsejable realizar una inversión en neumáticos de la más alta calidad. Pero, una vez elegidos, ¿estamos sacándoles todo el provecho? Te contamos cómo hacerlo.
Cuanto mejores, mejor
A la hora de adquirir neumáticos para nuestro vehículo es recomendable, dada su importancia vital para garantizar una conducción segura, escoger aquellos neumáticos que nos aseguren unas prestaciones de alta calidad.
Aunque en el mercado encontramos productos realmente económicos, la pregunta es: ¿merece la pena el ahorro? Existen aspectos que hacen dudar si la respuesta debe ser afirmativa. Cuando está en juego la seguridad al volante, las prestaciones entre un producto más económico y otro de alta calidad marcan la diferencia en situaciones de emergencia.
En estos casos, el esfuerzo tecnológico de desarrollo de un neumático u otro se aprecia, por ejemplo, en la distancia de frenado. Según pruebas realizadas por el RACE (Real Automóvil Club de España), un neumático de calidad frena en una distancia más corta, hasta 18 metros antes que otro equivalente de las llamadas marcas baratas.
Y no solo hace dudar la seguridad, el bolsillo también importa. Los neumáticos de calidad, al resistir mejor el desgaste, permiten su monta durante más kilómetros, por lo que no hay que reponerlos con la frecuencia de uno de menor calidad. Además, ofrecen una menor resistencia a la rodadura, gracias a los más avanzados compuestos de su goma, y, por lo tanto, permiten un mayor ahorro de combustible.
La presión, clave
Unido a estas diferencias en su construcción y en sus prestaciones, nosotros, como usuarios, podemos llevar a cabo algunas acciones para obtener el máximo provecho de nuestros neumáticos. A continuación, te ofrecemos algunos consejos para optimizar su rendimiento.
Para empezar, atendiendo a la duración, lo primero que debemos saber es que, un neumático puede durar hasta 30.000 kilómetros, a veces 40.000, la duración de un neumático depende de multitud de factores, pudiendo tener un abanico bastante amplio. Dejando de lado la calidad del producto, lo fundamental para prolongar la duración es la presión de inflado del neumático. Llevar una presión inadecuada causa un desgaste prematuro. Si es menor de lo recomendado, el deterioro es mayor en los flancos y en los hombros del neumático; y si llevamos una presión excesiva, el desgaste se aprecia en el centro de la banda de rodadura, además de perder adherencia y verse incrementado el riesgo de reventones.
Por ello, es más que conveniente que la presión se ajuste a los valores que marca el fabricante en función de la carga. Lógicamente, un coche muy cargado necesitará más presión para evitar riesgos en la estabilidad en carretera, por ejemplo.
La relación presión/carga influye notablemente a las prestaciones que ofrece el neumático. El mismo neumático puede tener prestaciones distintas según este factor. Así, pues, con la presión adecuada, además de mayor seguridad y duración, se logra también obtener el máximo en las prestaciones de resistencia al rodamiento y reducir el consumir de combustible.
La conducción, un factor más
La manera de conducir influye también en el rendimiento de los neumáticos. Si es agresiva o rápida, el rendimiento será menor, ya que el exceso de velocidad o los acelerones y frenazos frecuentes pueden aplicar mayor estrés a las ruedas. En este sentido, conviene evitar superficies con gravilla, baches, resaltos, badenes o socavones en la calzada, que afectan a la estructura del neumático, deteriorando la carcasa y la goma. Por las mismas razones, deberás evitar también los golpes y pellizcos de la goma al aparcar.
La mecánica también influye
En paralelo al modo de conducir, debes tener en cuenta temas más mecánicos. Hablamos de la alineación de las ruedas. Si los neumáticos no están bien alienados se producirán, entre otras cosas, desgastes irregulares que afectan a su duración, pero también impiden que el neumático ofrezca su pleno rendimiento.
Lo mismo podemos decir de la suspensión del vehículo. Si notas vibraciones en el volante, probablemente sea necesario hacer un equilibrado de las ruedas. Con ello, se distribuirá equitativamente el peso entre todos los neumáticos, evitando no solo las incomodidades en la conducción, sino desgastes y daños en la carcasa que disminuyan las prestaciones de los neumáticos.
Igualar el desgaste
Como vemos, el desgaste es uno de los principales enemigos del neumático. A pesar de ser inevitable, puedes tratar de mitigarlo y, sobre todo, igualarlo para mantener el nivel de prestaciones a lo largo de toda la duración del neumático.
Al soportar el peso del motor y el estrés causado por el eje de dirección, los neumáticos delanteros se desgastan con mayor rapidez. Recuerda que los neumáticos pueden ofrecer un pleno rendimiento durante toda su vida útil con un desgaste uniforme. Por ello, es aconsejable rotar su posición cada 10.000 o 15.000 kilómetros.
Así, los neumáticos traseros pasarán al eje delantero y viceversa. Dependiendo del tipo de neumático, vehículo y tracción, será conveniente realizar una rotación cruzada o no. Los profesionales de la red Kumho Platinum Club te aconsejarán la rotación más adecuada para tus circunstancias.
¿Y los limpias?
En efecto, algo tan básico como limpiarlos, pero tan poco habitual, es un buen recurso para mantener en forma nuestros neumáticos. De este modo, conseguimos eliminar suciedad y objetos extraños de la banda de rodadura. Eso sí, al limpiarlos no debes usar productos corrosivos que puedan dañar las propiedades del neumático. Basta con agua.
Estos consejos te ayudarán, sin duda, a aprovechar el máximo rendimiento de tus neumáticos, prolongando su duración; pero llegará el inevitable momento de cambiarlos cuando la profundidad del dibujo sea tan solo de1,6 mm. Recuerda entonces que debes sustituir al menos los dos neumáticos del mismo eje para mantener las condiciones de seguridad y agarre del vehículo.
No olvides tampoco evitar la compra de neumáticos de segunda mano, a pesar de su precio y su apariencia de seguridad. En muchas ocasiones son productos sin garantías, peligrosos para ti y para el resto de los conductores.