La Unión Europea (UE) aprobó en julio de 2022 el nuevo Reglamento de Seguridad 2019/2144 (puede consultarlo aquí) en el que se regulan los nuevos requisitos de seguridad general que tienen que cumplir los vehículos matriculados a partir del próximo mes de julio.
De esta forma se pretende que los vehículos aumenten sus niveles de protección tanto de sus ocupantes como de los usuarios más vulnerables de la vía pública (peatones, ciclistas, etc.). Estos sistemas electrónicos de ayuda avanzada a la conducción que, según un estudio llevado a cabo por el Parlamento Europeo, permitirán evitar hasta 25.000 muertes y más de 140.000 heridos graves en Europa en los próximos 18 años, forman parte del programa “Vision Cero” con el que se espera reducir en 2050 a cero las muertes ocurridas por accidente de tráfico dentro de la Unión Europea.
Pero volviendo al actual Reglamento, se especifica que todos los coches vendidos a partir de este verano han de tener una serie de sistemas de ayuda a la conducción, conocidos como ADAS (Advanced Driver Assistance Systems), por sus iniciales en inglés. Las principales características de estos sistemas ADAS de ayuda avanzada es que pueden actuar de forma automática e independiente sobre el freno, el acelerador, la dirección o la señalización. Y el objetivo es siempre el mismo: evitar accidentes y aumentar la seguridad. Aunque hay que tener una cosa muy clara con estos sistemas ADAS de ayuda avanzada a la conducción, porque no son mágicos y el responsable del manejo del coche es siempre el conductor.
Estos son los ocho sistemas ADAS obligatorios de ayuda a la conducción en todos los coches matriculados a partir de julio de 2024.
Advertencia por abandono de carril (LDW)
Este sistema se encarga de controlar la posición del vehículo en el carril. Su funcionamiento es relativamente sencillo. El vehículo consta de una cámara que se encarga de detectar las líneas de los carriles de circulación, ya sean continuas o discontinuas, controlando la posición del coche en una distancia hacia delante de hasta 100 metros. Si te sales del carril sin haber señalizado el cambio con los intermitentes, este sistema entiende que se trata de un cambio de carril involuntario y pasa a avisar al conductor activando un testigo luminoso en el cuadro de mandos, haciendo vibrar el asiento del conductor o el volante o emitiendo una señal acústica.
Pero ¿puede fallar? Lo primero que debe saber es que el sistema de advertencia de abandono de carril se activa a partir de una velocidad de 60 km/h, si bien muchos vehículos modernos ya tienen la posibilidad de regular las alarmas o ponerlo en funcionamiento desde el momento en el que se arranca el coche. Hay modelos que ya incorporan, incluso, una ayuda automática en la dirección que envía el coche al centro del carril.
No obstante, si no va acompañado del asistente de mantenimiento de carril, el sistema de advertencia de abandono de carril puede no ser efectivo. Además, circular por una vía con las líneas de los carriles desgastadas o en carreteras con hielo, nieve o barro podría provocar fallos en el sistema de alerta. No podemos olvidar que se trata de una cámara y unos sensores enfocados hacia el suelo, y si estos no consiguen una buena lectura, puede que no activen ninguna alerta en caso de cambio de carril.
Asistente inteligente de velocidad (ISA)
Este sistema está diseñado para respetar los límites de velocidad. Interviene en el sistema propulsor hasta ajustar la velocidad del vehículo (reduciendo las revoluciones del motor, en ningún caso frena) a la máxima permitida en la vía. Y para que la unidad de control reduzca la velocidad del vehículo, es fundamental la información que obtiene del GPS. En este sentido, gracias a la señal que llega al GPS (geolocalización a través de la lectura de las señales verticales), el sistema conoce con exactitud la velocidad de la vía en cada zona por la que transita el vehículo. De esta forma, no deja en un primer momento que el conductor vaya más rápido.
Pero ¿cómo sabemos si está funcionando? Los fabricantes reconocen que existe un margen de error cercano al 10 % en vías paralelas, zonas de obra, con mala visibilidad o metodología adversa. Para saber si el sistema está actuando fíjate si recibes una señal acústica, vibra el volante o se marca en el cuadro de mandos (nivel informativo). También, si intentas acelerar, notarás que el pedal se pone duro y te costará pisarlo (nivel de advertencia). Y, finalmente, la centralita no te permitirá acelerar y que excedas el límite de velocidad, salvo que pises con contundencia el acelerador (nivel obligatorio).
En cualquier caso, debe entender que el vehículo nunca frenará por usted.
Aviso por tráfico cruzado (RCTA)
El sistema se activa en el momento que se engrana la marcha atrás. Su función es detectar los vehículos que se aproximan por los laterales y que el conductor ha podido no ver. En ese caso, el sistema lanza señales acústicas y visuales de alarma. Si el conductor no reacciona ante la alerta y no detiene el coche, este lo hará automáticamente. Funciona a velocidades inferiores a 15 kilómetros por hora y solo si detecta un obstáculo aproximándose y el tiempo de colisión entre ambos es de entre 2 y 3,5 segundos, basándose en el cálculo de las distancia/velocidades relativas.
Pero ¿lo detectan todo? No, por supuesto que no. Los sensores del radar no detectan a peatones, bicicletas, motocicletas o animales. Tampoco a un vehículo que pasa a una velocidad superior a 30 km/h (19 mph) o inferior a 8 km/h (5 mph). Además, es posible que los sensores de radar no detecten los vehículos que se aproximan cuando un vehículo estacionado a su lado obstruye el haz del sensor, cuando está estacionado en una plaza de estacionamiento en esquina, sobre una pendiente o cuando un vehículo que se acerca gira hacia el hueco de la plaza de estacionamiento de su vehículo o el ángulo que forma su vehículo y el vehículo que se aproxima es pequeño.
Asimismo, puede verse reducida la capacidad del radar para detectar otros vehículos en condiciones meteorológicas extremas, con hielo, escarcha o suciedad en el vehículo, si ha fijado adhesivos o pintura adicional cerca de los sensores del radar o, incluso, por un ruido excesivo (por ejemplo, la radio puesta a un volumen alto o la ventanilla bajada) que interfiere con la señal acústica.
Por otra parte, en caso de que se aproximen varios vehículos en fila o en sentido contrario, puede que el sistema RCTA no emita una señal acústica después de que el primer vehículo pase por los sensores.
Alarma frente distracciones o somnolencia (DDR)
Este sistema de ayuda ADAS alerta al conductor cuando pierde la concentración al volante, independientemente de que la causa sea fatiga, sueño u otra. Dichos avisos se realizan con una imagen (una taza humeante) o un mensaje de texto en la instrumentación, incluso con la vibración del volante. Su objetivo es que el conductor se detenga, cada cierto número de horas o kilómetros, para recuperarse del cansancio hasta que se encuentre en buenas condiciones para seguir con el viaje. Como dato, la DGT calcula que del 20 % al 30 % de los accidentes de tráfico se relacionan de uno u otro modo con la fatiga, y no hay que olvidar que el factor humano está detrás del 93 % de los accidentes, en especial por distracciones.
Pero ¿puede fallar este sistema? Más que un error del DDR, nosotros somos quienes podemos equivocarnos y no atender a sus señales. Hablamos de sensores que requieren de una toma de datos. En este caso, se conjuga el sensor en el volante, que analiza la presión que el conductor ejerce, los movimientos de sus manos y los cambios de dirección constantes y bruscos, con el monitoreado del rostro del conductor, que usa luz infrarroja y medidas de PERCLOS (Porcentaje de Cierre de Ojos), sin contacto alguno, y la centralita del motor, que analiza el tiempo que lleva el motor en marcha (con más de dos horas sin parar, el sistema emitirá una señal).
En los próximos años se prevé una rápida evolución de los sistemas de detección de fatiga mediante la inteligencia artificial, aprendiendo los patrones de cada conductor, o con el uso de materiales textiles inteligentes.