Desde hace algunos años, y ya va haciendo bastantes, mientras circulan los conductores de un turismo convencional a veces han podido sentirse poco menos que encajonados al verse rodeados de esos vehículos que solemos llamar SUV o 4×4 de tanto que proliferan por nuestras carreteras.En efecto, si miramos las ventas de vehículos en España, comprobamos que el número de SUV ha ido creciendo a gran ritmo año tras año como una fiebre que hubiese contagiado al consumidor. Tanto que se han convertido, en no pocas ocasiones, en los salvadores de los datos de matriculaciones, arrastrando en su auge al resto del mercado de automoción.

Pero, ¿por qué los conductores optan cada vez más por estos vehículos en cualquiera de sus versiones gasolina, diésel o eléctrica/híbrida, a pesar del precio? A continuación, te contamos cuáles son los motivos de su éxito, pero también sus inconvenientes.

¿Mejor cuanto más grande?

Ya es bien sabido qué es un SUV o crossover, esos grandes vehículos pensados para la aventura que, poco a poco, fueron pasando a las carreteras convencionales, perdiendo en el camino prestaciones off-road en favor del confort de marcha.

La primera de las razones que explican el triunfo de estos Sport Utility Vehicle es lo que más los distingue a simple vista: el tamaño. Mayores que un turismo convencional, los SUV ofrecen más espacio, por lo que se han convertido en el vehículo preferido de las familias. Ofrecen más capacidad y más comodidad para los viajeros.

 

Cómodos en todos los sentidos

Como decíamos, en su origen estaban pensados para la aventura. Ideales para rodar por terrenos sin asfaltar, agrestes, al desplazarse por carretera dejaban bastante que desear. No tenían la versatilidad ni el confort de marcha necesario para disfrutar de la conducción.

Poco a poco, han ido evolucionando al compás del nuevo uso más urbano que se les iba dando y ya hay modelos con niveles de confort iguales o superiores a los de cualquier turismo. A costa de las prestaciones para la aventura, eso sí.

Vemos que la comodidad es uno de los fuertes de estos vehículos. A ella hay añadir la amplitud del maletero, importante para las familias, y un aspecto práctico en el que no paramos a pensar, pero que se agradece: la facilidad para entrar en el SUV. En efecto,

gracias a su altura, no tenemos la necesidad de agacharnos para entrar en el habitáculo. Este es uno de esos aspectos que no se valoran hasta que no se experimentan. Y, una vez probado, se valorará mucho.

 

Sí, la estética también cuenta

Comodidad, bien; sentido práctico, bien. Espacio, bien. ¿Y el diseño? Seamos sinceros. Es este uno de los temas que más nos influyen a la hora de elegir un vehículo. Primero el precio, por supuesto.

En su origen, los SUV, al derivarse de los 4×4 más aventureros, no cuidaban demasiado su línea. Con su popularización, esto también ha ido cambiando. Ahora existen modelos verdaderamente atractivos, con una estética moderna, muy cuidada, con un aire, incluso, de alta gama, rozando el estilo berlina de representación, sin perder la sensación de robustez. Poco o nada, pues, que envidiar a un turismo.

 

Su gran valor: la seguridad

El mayor tamaño de los SUV no solo aporta comodidad y espacio, sino que proporciona la que quizás es su gran virtud: seguridad. Además de incorporar una amplia gama de elementos de seguridad que comparten con los turismos, su altura permite instalar otros dispositivos de detección de ries­gos y ampliar la visión más de 200 grados en cruces e intersecciones con la instalación de cáma­ras.

Esta misma razón, el volumen superior, hace el conductor se sienta más seguro en el vehículo debido a la posición de conducción de mando. La mejor visi­bilidad ayuda también a conducir con más seguridad.

¿Contras? Haberlos, haylos

En una palabra, precio. El primero y más importante inconveniente es el coste de estos vehículos. A pesar de que han ido surgiendo modelos más pequeños y asequibles, siguen siendo notablemente más caros que los turismos.

No solo el precio de venta afecta al bolsillo, también el consumo energético es otro importante punto en su contra. Bien sean de gasolina, diésel o eléctricos, su consumo es más elevado y, por tanto, influye más negativamente en el presupuesto familiar. Sin embargo, con un diseño más estudiado van ganado en aerodinámica y van incorporando motorizaciones más eficientes.

Finalmente, si su tamaño es una de sus principales bazas, también es una de sus más fuertes trabas. La mayor anchura de los SUV les lleva a ocupan más espacio en las vías públicas, lo que en opinión de algunos expertos representa un peligro para el resto de usuarios, vehículos, peatones o ciclistas. El tema es tan candente que ya se están tomando medidas. París, por ejemplo, ha aprobado encarecer las tarifas de tarifas de estacionamiento para los conductores de grandes SUV para no residentes.

 

Caber o no caber, esa es la cuestión 

El resto de los segmentos de automoción está siguiendo la senda del aumento de las dimensiones y van aumentando sus dimensiones un centímetro cada dos años, según la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente, y ya superan 1,80 metros de ancho.

Si tenemos en cuenta que la especificación mínima utilizada con frecuencia para el ancho del estacionamiento en la vía pública en Europa es precisamente 1,80, se entiende perfectamente el problema de espacio que supone aparcar vehículos más anchos porque invaden tanto aceras como vías de circulación.

Hasta que se aclare este debate con implicaciones regulatorias, queda a libre criterio del consumidor valorar las ventajas e inconvenientes de estos vehículos para adquirir uno o no.

Mientras tanto, si has decidido comprar un SUV o ya lo tienes, recuerda que en Kumho disponemos de una amplia gama de neumáticos para estos vehículos que ofrecen todo el rendimiento que necesitas en cualquier condición de conducción.

 

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